Carolina Zuluaga Zuleta.
Arquitecta diseñadora y constructora especializada en construcciones con bambú.
Maestra en Gestión Medio Ambiental.
Especialista en Pedagogía y Docencia Universitaria.
Seguramente la respuesta a esta pregunta podrá variar un poco dependiendo del profesional al que se le pregunte. Porque cada uno de nosotros le dará mayor énfasis a su uso e importancia desde el área que maneja. Así, siendo yo arquitecta podría dar una respuesta ágil y decir que el bambú es un gran material de construcción por su resistencia, flexibilidad y economía. Sin embargo, para responder está pregunta desde mi visión del que hacer adecuado con bambú, debo antes exponer algunos pensamientos y definiciones fundamentales, que nos han ayudado en nuestro trabajo y que permitirán intuir el gran valor que tiene esta especial planta, en la sociedad y por supuesto en el ámbito de la construcción.
En Disartebambú cada que iniciamos un proyecto reflexionamos: ¿qué impacto tendrá en el planeta?… ¿Es decir, que sentirán los usuarios al habitarlo, como afectará el entorno, dañará en algo la naturaleza, que recursos gastare en el proceso constructivo, esto afectará de alguna manera a generaciones futuras?
Este interés surge inicialmente porque hace muchos años cuando estaba terminando mis estudios de arquitectura llegó a mis manos en 1993 un documento de la Cumbre de la Tierra, de Río de Janeiro que hablaba de la necesidad de buscar la reducción y estabilización de las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) lo que más tarde se convertiría en el Protocolo de Kioto en el año de 1997. Pero que solo entró en vigencia hasta el año 2005. Y desde entonces el respeto por el medio ambiente se convirtió en un punto fundamental a tener en cuenta en cada uno de mis diseños.
Por esa misma época pude leer el libro LA GUADUA de Dicken Castro editado en 1964. Libro que actualmente guardo como un tesoro, por su gran contenido intelectual y sensorial de la arquitectura vernácula con bambú, en nuestro país Colombia y adicional por ser mi primer enfrentamiento con este material en procesos constructivos.
German Téllez lo explica bien cuando en el prólogo de Dicken, describe un libro con un aporte extraordinario “El autor con una visión sensitiva, es capaz de extraer valores sorprendentes del tema, en apariencia banal de la guadua”.
En el libro Dicken expresa que su interés inicial en la guadua fue pictórico. Pero luego se interesó por la parte arquitectónica pues las casas sorprendían por su estructura. Para él, que no era de la zona del Quindío estas casas se manifestaban como algo extraño y exótico. Al final el libro es el acercamiento a un material constructivo, muestra las ventajas socioeconómicas, urbanísticas, estéticas y arquitectónicas. Muestra como una población con serios problemas de habitación llegó a soluciones notables usando bambú – guadua. El empleo de la guadua perdura hasta nuestros días en esa zona.
La guadua no solo hace parte del paisaje, está presente en las construcciones, muebles, artesanías etc. La guadua hace parte importante de nuestra cultura. Está presente en las historias, canciones, dibujos, poemas. Desde esa misma época el arquitecto Dicken nos mencionaba la gran resistencia que observaba en esta linda planta. Escribía” la guadua es propia para ejecutar estructuras que resistan ampliamente temblores de tierra, tan frecuentes en las regiones del Quindío y solucionar problemas que se presentan por la frecuencia de terrenos escarpados” “siendo la guadua un material muy ligero, no es necesario hacer profundas cimentaciones y aun se llega al caso de apoyar simplemente las estructuras en piedras” Él mediante la observación y análisis estructuró este primer libro con el cual yo me vi motivada a iniciar un proceso de experimentación e investigación de arquitectura vernácula. Lograba ver al bambú como una gran oportunidad para la implementación de una industria “verde” que no compromete la integridad de los ecosistemas. y así, estos personajes Dicken Castro, Oscar Hidalgo y Simón Vélez se convierten en referentes de mi proceso como profesional de la arquitectura. Desde ese momento imaginé un trabajo en equipo que permitiera el desarrollo en diferentes áreas. Un sueño que sigo persiguiendo hasta el momento.
Observar y aprender de las construcciones tradicionales campesinas se vuelve una prioridad. Norman Foster en uno de sus escritos citó a Bernard Rudofsky “la filosofía y el conocimiento de los constructores anónimos es la mayor fuente no aprovechada de la inspiración arquitectónica del hombre industrial” esto él lo menciona porque las apariencias de estas construcciones autóctonas estaban determinadas por los recursos limitados existentes. Muchas de estas construcciones lograban un rendimiento máximo con un recurso mínimo. Lo cual lograban porque en su afán de ahorrar analizaban el entorno y la relación que este debía tener con la nueva construcción a desarrollar. Sus límites y sus posibilidades.
Para comprender mejor este tema suelo recomendar el libro. Manual del Arquitecto descalzo de Johan Van Lengen.
Tanto Dicken Castro como Norman Foster daban a entender la importancia de la observación, aprovechar lo que se tiene a la mano y hacer uso adecuado de los recursos. Algo está claro: no es suficiente tener un material con gran potencial, se deben integrar muchos elementos para poder desarrollar una arquitectura holística. Razón por la cual se hace fundamental manejar los temas a continuación.
Según el libro Sol Power “la evolución de la arquitectura sostenible” estamos en crisis medioambiental. Una triste realidad que no es ninguna novedad. Nuestro planeta no podrá soportar durante mucho más tiempo, el consumo excesivo de energía.
El mismo libro explica que la energía no se crea, ni se destruye, solamente se transforma, todas las posibles fuentes de energía a nuestra disposición representan una forma de energía solar: la energía solar se almacena como biomasa en los árboles, como combustible fósil en petróleo, gas y carbón. Todos estos descubrimientos han ido acompañados de una gran capacidad de producción dando como resultado otras posibilidades y nuevos usos. Los recursos de combustibles fósiles son agotables, lo que conlleva a un trato más ahorrativo. Esto quiere decir que lo más lógico sería que pudiéramos usar para cada finalidad, una forma adecuada de energía.
Tomar conciencia de esta realidad es vital. Nuestros valores, nuestras convicciones y nuestro estilo de vida deben cambiar. Debemos pasar de fuentes de energía no renovables a renovables. Esto quizás podrá provocar un cambio y pasaremos de las tecnologías “duras” que se concentran en el uso de los combustibles fósiles – a otras más suaves que sean ecológicas y respeten el medio ambiente. El bambú juega un papel importante en este sentido. “La relación del bambú con la biomasa es realmente estrecha, debido al poder energético que tiene al entrar en combustión, así como el rápido crecimiento de algunas de sus especies”.
Ahora si nos concentramos en los procesos constructivos debemos resaltar que el consumo global de energía se divide en tres sectores básicos: transporte, industria y construcción. Siendo desafortunadamente la construcción el sector que más energía consume.
Al desarrollar proyectos constructivos estos tres puntos nos tocan.
- Transporte: cuánta energía gastamos en llevar los materiales con los que trabajamos a nuestra obra. El peso, la cantidad de materiales y viajes suman gasto de energía y más si estos materiales son llevados de otros países.
- Industrialización que energía gastamos en el proceso, materiales y tiempo.
- Y por último lo que implica concretamente el construir.
Las construcciones son manifestaciones de las innovaciones tecnológicas. Así, el consumo de energía depende en gran medida de las tecnologías utilizadas durante el proyecto, ejecución y mantenimiento del edificio.
Todo esto se traduce en analizar muy bien qué energía se gasta para producir los materiales que vamos a usar en el proceso constructivo, cuanta energía me gasto en hacer llegar esos materiales a la obra, cuánta energía en unirlos y crear los edificios y cuánta energía voy a tener que usar para que el edificio permanezca confortable para los usuarios que lo van habitar.
En síntesis, los constructores tenemos gran responsabilidad en buscar la forma de bajar ese consumo de energía mediante un diseño y planeación adecuada. ¿La pregunta que tiene que ver el bambú en todo esto?
Hay libros sencillos que nos pueden ayudar en este proceso. Principalmente recomiendo uno Pequeño Manual del Proyecto Sostenible. De Francoise – Helen Jourda ya que lo primero es entender conceptos como ecología, sostenibilidad, bioclimática, gestión medioambiental, huella de carbono y economía circular, entre otros temas.
Una Construcción ecológica, consiste en una construcción respetuosa con el medio ambiente, gasto reducido de recursos durante todo el tiempo de vida de una construcción.
Sostenibilidad: simple preguntarse, ¿lo que hacemos ahora va afectar negativamente a las generaciones futuras? ¿Estamos pensando en el medio ambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social?
Bioclimática: Cuando buscamos calentar o enfriar un edificio de manera natural analizando la dirección del sol, vientos, vegetación, topografía, humedad relativa etc.
Gestión medio ambiental: Consiste en trazar un plan adecuado para intentar impactar lo menos posible en el medio ambiente. Con esto se pretende conseguir un desarrollo sostenible y un equilibrio entre los intereses económicos y materiales del ser humano.
La gestión ambiental abarca principalmente 7 áreas:
• Política ambiental
• Ordenamiento territorial
• Evaluación del impacto ambiental
• Contaminación
• Vida silvestre
• Educación ambiental
• Paisaje
Huella de Carbono:
“La huella de carbono representa la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se emitieron a la atmósfera por medio de alguna actividad humana, que puede ser un producto o un servicio, o por la acción diaria de un habitante” según especialista en mitigación del cambio climático y huella de carbono Sebastián Galbusera, quien imparte clases en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA)
La economía circular plantea un modelo económico y productivo caracterizado por la sostenibilidad y el ahorro de recursos y fuentes de energía. Los bienes se producen, se consumen, se reciclan, se producen y se vuelven a consumir, entrando en un ciclo de vida circular. Es un concepto reciente y cada vez más extendido basado en los principios económicos y otros aspectos como el medio ambiente.
Los conceptos antes mencionados van ligados al BAMBÚ. Ya que este, es considerado un material ecológico debido a la capacidad que tiene para secuestrar carbono a altas tasas en función de su rápido crecimiento y producción de biomasa.
El bambú se regenera por sí solo a partir de rizomas, no necesita ser replantado. Al promoverse el cultivo, la producción, la transformación y la utilización del bambú en la arquitectura se contribuye a mitigar el cambio climático. Reduce el C02 y dado que necesita poca energía primaria para ser producido, su huella ecológica es baja, su crecimiento es muy rápido y es más resistente que la madera. Lo cual hace que se evite la deforestación y la desertificación del suelo. El bambú no contamina, no deja residuos que no sean biodegradables, tiene múltiples usos, crece, se corta y se mantiene fácilmente con las herramientas más sencillas. Lo cual significa que no hay mucho gasto de energía para ser usado en procesos constructivos siendo así idóneo tanto para zonas pobres y rurales como para zonas urbanas y elegantes. Sus características de forma circular y hueca lo hacen ligero. Su flexibilidad permite ser usado en columnas, cubiertas, placas, decoración y mucho más. La huella ecológica del bambú es inferior a la de la mayoría de los materiales usados en la construcción.
Actualmente existen en el mundo aproximadamente 1700 especies de bambú según el Dr. Eduardo Ruiz.
En Colombia predomina el Bambú – guadua. Pero existen muchas especies que normalmente no son usadas por falta de conocimiento. Esto mismo pasa en los diferentes países que componen la Red latina del bambú BAMBUCULTURA. Sin embargo, el reunirnos ha permitido conocer el gran potencial que hay en todas estas plantas. En nuestras obras, hemos usado bambú guadua angustifolia Kunth (Bambú de gran resistencia y fácil manejo) y bambú phyllostachys aurea (flexibilidad, fácil manejo, múltiples usos decorativos) Obras que han sido desarrolladas desde Zuarq. Arquitectos y Disartebambú. Por más de 25 años he estado investigando, experimentando y construyendo con está mágica planta que cada día me sorprende más.
Después de tanto tiempo de trabajar he visto cómo se crean nuevas empresas e instituciones que apoyan su uso. Por ejemplo, la Organización Internacional del Bambú y Ratán (INBAR) es una organización de desarrollo multilateral que promueve el desarrollo ambiental sostenible utilizando bambú y ratán.
También ayuda Leer diferentes investigaciones como “El bambú como alternativa de construcción sostenible Bismark Torres 1,2*Mercè Segarra 2, Luis Bragança” Nos permite comprender la importancia del bambú en los procesos constructivos, sin embargo, me interesa resaltar principalmente algo que se menciona en este texto.
El bambú es considerado un material versátil debido a su alta relación resistencia-peso, facilidad de trabajo y disponibilidad; dependiendo de su situación y aplicación puede reemplazar al concreto, la madera o el acero. Una mayor participación del bambú disminuiría el uso del acero y, con ello, lo que su uso significa en términos de impacto ambiental. Esta también podría ser la mejor solución, en lugares donde la disponibilidad del acero sea baja y el costo alto.
Los productos de bambú tienen menor impacto ambiental y mayor rendimiento que la madera dura tropical; el tallo de bambú y los productos de bambú de segundo grado, como los de fibra de densidad media MDF y aglomerados, son soluciones sostenibles para aplicaciones locales
En muchas regiones en desarrollo, existe un déficit de vivienda digna, de bajo costo, sostenible de construcción rápida y fácil, que resista a las tensiones producidas por el viento y/o terremotos. Esta realidad ha motivado a autoridades e investigadores a pensar en el bambú como una alternativa de solución sostenible a la problemática planteada; lo que los ha llevado a seguir investigando en las bondades y usos del bambú, así como también a la creación de normas de construcción con bambú. La Organización Internacional de Normalización (ISO) en 2004 publicó tres normas sobre la construcción de bambú (ISO, 2004a, 2004b, 2004c). Países como China, Colombia, Ecuador, India y Perú han tomado la iniciativa en la creación de un marco para los códigos de construcción.
Por último, es importante resaltar algunos puntos significativos.
Necesitamos unirnos para demostrar que la construcción con bambú es posible. Ensayar y mostrar el éxito de estas investigaciones. Comentar los desafíos y los resultados para que otras personas puedan replicar las experiencias en otros sitios. La participación de múltiples actores es una necesidad. Generar conciencia es muy importante y la consultoría con expertos al iniciar proyectos hace que se creen muy buenos resultados.
Para muchos diseñar un proyecto es sólo dibujar algo que se vea agradable y sea funcional. Pero el diseño implica poder comprender todo lo que nos rodea para así, lograr crear soluciones acertadas a problemas complejos y sobre todo que en lo posible no sean difíciles de ejecutar y no se gaste mucho.